SANTIAGO.- "No es el hijo que se accidentó y murió. Es el hijo que no
está, que hace falta". Así recuerda Jorge Camiroaga a su hijo Felipe, a
un año de la tragedia que le costó la vida al popular animador, y a
otras 20 personas en Juan Fernández.
"Extraño su presencia, su
compañía. Ese don que tenía, compartía y nos regalaba, el cariño que
tenía de todo el mundo", agregó en una emotiva entrevista que le hiciera
Julián Effebein y que emitió esta mañana "Buenos días a todos", durante
el homenaje a los trabajadores de ese matinal que fallecieron en el
accidente.
Sin embargo, el padre de Felipe Camiroaga aseguró
estar tranquilo, ya que se preocupó de vivir adecuadamente el duelo.
"Creí que iba a sufrir mucho más", afirma, y cuenta que siempre se
preocupó de gozar a su hijo.
Hoy, lo sigue valorando desde ese
ángulo, y recuerda el gran cariño que mutuamente se demostraban. Pero
también se plegó a la perspectiva general sobre el animador. Desde
ahí, aseguró que le gustaría que el recuerdo de su hijo viva en la gente
más joven. "Quisiera que Felipe perdure en la juventud. Que vean que
con perseverancia y trabajo, puedes llegar donde quieras".
En
medio de la conversación, Jorge Camiroaga incluso se permitió contar una
muy personal historia: "Me pasa algo muy curioso. Tiempo después del
accidente vi a Felipe, lo vi durante 5 ó 6 segundos, no parado en el
suelo, sino que en el aire, con una sonrisa y se reía. Eso me dejó muy
tranquilo, porque sé que donde está, me está cuidando, mirando",
explica.
Según dice, verlo de esa forma lo dejó tranquilo, ya que
fue un mensaje en el que Felipe le aseguraba que se encontraba bien, y
que siempre, desde el accidente, sintió una gran protección que no era
"de este mundo".
Además, aseguró que siente un gran orgullo por
el fallecido animador, no sólo por todo lo que logró en vida, sino
también por el cariño que la gente sigue manifestándole, algo que aún le
sorprende.
"Esa dimensión no la sospechaba. Las consecuencias de
ese trabajo que hacia día a día, mira en lo que terminó: En el respeto
mas grande de todos los chilenos", contó. "Me ha llamado mucho la
atención que la gente que está enferma le pida salud a Felipe. No quiero
que lo consideren un santo, porque no era un santo. Era un encanto,
pero no un santo", dijo entre risas.
"Sin embargo, la gente le
pide por la gente enferma. No quiero un santito en la familia, quiero
que recuerden a mi hijo con el cariño que lo han hecho", agrega.
Al
igual que gran parte de los familiares de las víctimas, Jorge Camiroaga
prefirió no aventurarse con versiones sobre el accidente ni sobre
eventuales responsabilidades, pero dijo que sí espera saber la verdad
tras la caída del Casa 212, y que la palabra final al repecto la tomen
los Tribunales de Justicia.
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